sábado, 6 de febrero de 2010

INFORME SOBRE EL INCENDIO DE HORTA DE SANT JOAN

Me han mandado esta noticia y creo que mi obligación era colocarla en el blog.

Los bomberos atrapados en Els Ports hablaron 16 veces con sus mandos.

«Yo también habría dicho ‘hijos de puta’ si me hubiera encontrado en su situación». Con la voz quebrada y los ojos llorosos, Joan Rovira, subdirector operativo de los Bombers de la Generalitat, se refirió así al grito desesperado de auxilio del bombero Josep Maria Pallàs –el único superviviente de su unidad– cuando se encontraba gravemente herido y extraviado en Els Ports el pasado 21 de julio. «Estoy solo y quemado, hijos de puta, venid a buscarme», imploró Pallàs.
Este fue uno de los momentos más emotivos de la rueda de prensa de tres horas que ayer los responsables de los bomberos ofrecieron en la Conselleria d’Interior para explicar, minuto a minuto, qué factores confluyeron en la trágica muerte de cinco bomberos de la unidad de Lleida de los Grups de Recolzament d’Actuacions Forestals (GRAF) y en las graves heridas de Pallàs. Esos responsables negaron la versión de Pau Simarro, el abogado de una de las familias, que el miércoles apuntó la posibilidad de que algún mando no estuviera en su puesto.

A PARTIR DE LAS 15.00 HORAS / El registro de las comunicaciones –que forma parte de un extenso informe de 460 páginas de los bomberos que incluye fotografías y vídeos tomados por los mismos agentes– muestra que, a partir de las 15.00 horas del 21 de julio, la unidad que quedó acorralada mantuvo 16 conversaciones con la sala de control, con el mando operativo en la zona y con compañeros de otros comandos desplegados en la montaña. El último contacto fue a las 16.06, cuando la tormenta de fuego engulló a los bomberos. A partir de ese momento, el mando central intentó comunicar sin éxito hasta en 15 ocasiones.
Es a las 15.00 horas cuando se empieza a detectar un creciente peligro en Els Ports generado por la confluencia de una orografía complicada y violentas y cambiantes ráfagas de viento. A eso se suma que los medios aéreos –que habían sido devueltos a tierra por las condiciones meteorológicas– volvieron a despegar para concentrarse en evacuar a una unidad del ministerio de Medio Ambiente que se había extraviado y había solicitado ayuda.
A las 15.34 la sala central no puede atender tres intentos de contacto de los GRAF de Lleida por estar comunicándose con los medios aéreos. Ante el brusco cambio del viento, la sala central sí contacta con los bomberos a las 15.36 para avisarles del peligro que se cierne sobre ellos y recomendarles que tomen medidas de autoprotección. Los GRAF de Lleida responden: «De momento estamos aquí, creo que la retirada es peor que lo que estamos haciendo ahora». En referencia a esta decisión, Rovira comentó: «Nosotros hemos estado más de un mes para analizar lo que ocurrió. Ellos solo tuvieron minutos».

CONVERSACIONES CON UN PILOTO / A las 15.46, el mando central vuelve a contactar con ellos, que reconocen que ya ven el humo. «Estamos en el medio, nos estamos haciendo una zona segura. Sí, ahora vemos la columna y nos está subiendo». De esos instantes hay constancia gráfica, pues los bomberos de los GRAF de Lleida tomaron fotos que están en poder de la jueza que instruye el caso.
A las 16.03, los miembros de los GRAF de Barcelona, que estaban a solo 130 metros de los de Lleida, avisan de que el fuego se acerca «con mucha intensidad» y piden una descarga de agua. Algo que intenta realizar la sala de control, como queda registrado en las conversaciones con un piloto. «Inténtalo ni que sea desde arriba, con lo que tengas ahí arriba, ni que sea a mucha altura», pide el mando central a las 16.06.
40 segundos después la sala de control contacta con los GRAF de Lleida y solo obtiene una petición desesperada del jefe del grupo, el cabo Jaume Arpa, que en sus últimas palabras pide que les descarguen agua. «Por favor... ¡encima del GRAF de Lleida!».

Enlace a la noticia: el Periódico.com

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